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Parte 1
¿Ha pensado en una oración intencionada para cada una de las 24 horas del día? Para centrarse durante cada hora de vigilia (y de noche), puede ser útil tener una oración a la cual acudir. Siéntase libre de cambiar qué oraciones se rezan y a qué horas para adaptarlas mejor a su horario.
Esta es una plantilla general de oraciones, incluyendo dónde podrían encajar bien a lo largo del día. Empecemos por las horas de la mañana, y concluiremos en la próxima columna con las horas de la tarde y noche.
Medianoche | Tanto si es usted un búho nocturno que acaba de prepararse para irse a la cama, como si trabaja en un turno de noche, está despierto con un bebé o tiene problemas para conciliar el sueño o permanecer dormido, le invito a que utilice este tiempo para sus intenciones de oración. Es una buena oportunidad para interceder por otra persona.
1 a.m. | Una antigua oración contemplativa es la llamada oración de Jesús. Cada vez que repita la oración, elimine una sección:
- Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, pecador.
- Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí.
- Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia.
- Señor Jesucristo, Hijo de Dios.
- Señor Jesucristo.
2 a.m. | Los ángeles son seres espirituales creados por Dios para vigilarnos y guardarnos en todas nuestras empresas. La Iglesia tiene varias oraciones a los ángeles, una de las cuales es la oración al Ángel de la Guarda: “Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha encomendado a ti, ilumíname, dirígeme, guárdame”.
3 a.m. | Las tres es la hora de la pasión de Cristo y suele ser cuando se reza el rosario. Cuando estoy en la cama, la repetición rítmica del Ave María me ayuda a aquietar la mente y, finalmente, dormir. Si cree que puede dormirse antes de terminar, rece sólo una o dos decenas.
4 a.m. | La oración imaginativa centre la mente en una imagen sagrada. Piense en una historia bíblica de los Evangelios e imagínese como una de las personas de la escena. Pida al Espíritu Santo que esté con usted y le ayude a entrar en la escena, utilizando sus cinco sentidos.
5 a.m. | Recordando nuestros propios pecados y faltas, el Acto de Contrición, que se suele rezar después de la confesión, es una hermosa oración para pedir a Dios que nos perdone por nuestras faltas. Hay varias versiones entre las que elegir y, si se desea, se puede hacer previamente un examen de conciencia.
6 a.m. | El Ángelus es una oración que se reza tres veces al día, la primera a las seis. Esta oración evoca a Dios convirtiéndose en uno de nosotros, un recordatorio perfecto de que él habita con nosotros.
7 a.m. | La Ofrenda de la mañana es otra buena forma de empezar el día: “Oh Jesús, a través del Inmaculado Corazón de María, te ofrezco mis oraciones, obras, júbilos y sufrimientos de este día para todas las intenciones de tu Sagrado Corazón, en unión con el Santo Sacrificio de la Misa por todo el mundo, para la salvación de almas, la reparación de mis pecados y del mundo entero, la reunificación de todos los cristianos, las intenciones del Santo Padre este mes y para mis intenciones especiales”.
8 a.m. | Escuchar un audiolibro sobre la vida de los santos o sus escritos espirituales es un ejercicio de oración para el discernimiento espiritual. La aplicación Hallow ofrece varios audiolibros bellamente locutados, entre ellos Historia de un alma de Santa Teresa de Lisieux, La práctica de la presencia de Dios del Hermano Lorenzo e Introducción a la vida devota de San Francisco de Sales.
9 a.m. | Un devocionario diario ofrece una reflexión matutina o un pasaje de las Escrituras. Hay muchos libros devocionales de 365 días para empezar el día.
10 a.m. | Escuchar una meditación guiada le permite reflexionar sobre un tema o una virtud en particular mientras crece para comprender mejor el tema elegido.
11 a.m. | Las novenas son oraciones de nueve días que a menudo comienzan antes de una fiesta concreta y se rezan por una intención determinada invocando la intercesión de un santo. Una novena popular es la Novena de la Rendición.
Allison Ramírez es autora, editora y profesora católica. Tiene un máster en teología con especialización en Historia de la Iglesia.